La NASA y el uso del nanotubo de carbono para la creación del Ascensor Espacial

Los ascensores espaciales
Uno de los avances tecnológicos más significativos para el futuro cercano, es la nanotecnología. Con la que se podrá construir el mítico ascensor espacial. Algo similar a Jack en el cuento el tallo de las habichuelas mágicas.
A finales de este siglo se cree que con la ayuda de la nanotecnología seremos capaces de llegar al espacio con tan solo pulsar un botón. Y es que nos vamos a montar en un ascensor que nos llevará a través de una fibra de nanotubo de carbono que tendrá de longitud miles de kilómetros.
¿Cuál es el origen del ascensor espacial?
Para seguir hablando del ascensor espacial es necesario que nos remontemos a 1895, cuando el científico Ruso Konstatin Tsiolkovski, inspirado en la figura de la torre Eiffel, que para la fecha era la construcción más alta del mundo en su género. Se preguntó ¿Por qué no construir una torre Eiffel que nos lleve al espacio exterior? El mismo realizo cálculos, con los que aseguraba que si se trataba de una obra lo suficientemente alta, no caería pues esta se sostendría gracias a las leyes de la física. El llamó a esta futura estructura un castillo celestial en los cielos.

Que ha retrasado tanto la creación de los ascensores espaciales
A través de los años, esta idea es estudiada periódicamente. Hasta que en 1957, Yuri Artsutanov, científico de origen ruso. Este científico propuso una mejora a la idea, diciendo que una forma de hacer que el proyecto cobre vida, es construyendo el ascensor de arriba hacia abajo, en lugar de hacerlo de abajo hacia arriba. Para llevar a cabo la construcción, primero se tendría que colocar una nave espacial en órbita, y dejar caer un cable, que sería anclado a la superficie terrestre. Debido a esto la idea fue rechazada.
Ascensor espacial de nanotubos de carbono
La idea volvió a la vida cuando escritores de ciencia ficción, la retrataban en sus historias. Entre estos escritores tenemos a Arthur C. Clarke en su obra Fuentes del paraíso, en 1979. Luego 3 años más tarde el ascensor espacial vuelve a ser retratado en la novela Viernes, de Robert Heinlein.
En la actualidad los nanotubos de carbono, han vuelto a traer la idea la vida. Estos nanotubos tienen una mayor resistencia, de la que puede tener cualquier material. Además son mucho más fuertes que el acero y pueden soportar la tensión generada por un ascensor espacial.

Otro reto a superar para los nanotubos de carbono
De igual modo uno de los obstáculos que se tiene, es el crear un nanotubo que tenga una longitud de al menos 80.000 kilómetros. Debido a que hasta ahora los científicos han podido crear unos centímetros de nanotubo puro de carbono. Hacen creer que estamos a un milagro de distancia de poder construir el ascensor espacial.
Una de las posibilidades que se tiene es el tejer cables y hojas, con millones de hilos de nanotubos; el problema de esto es que no serían fibras de carbón puro. Siendo uno de los desafíos el poder crear un nanotubo, que tenga todos los átomos de carbono correctamente ubicados.
En 2009, un grupo de científicos pertenecientes a la universidad de Rice, anuncio que las fibras no son puras, sino compuestas. Lo que quiere decir que no pueden ser usadas para la construcción de un ascensor espacial. Pero con este método se podrían fabricar nanotubos de la longitud que se desee.

Las ventajas que un ascensor espacial puede aportar a la NASA
Una de las ventajas que tendría el ascensor espacial, cuando este llegue al mundo, es que los costes de la navegación espacial se reducirán notablemente. Y la clave para hacer que estos cobren vida está en la nanotecnología.
La NASA está entusiasmada y ofreciendo premios que en total alcanzan los dos millones de dólares, por medio de los juegos del Ascensor Espacial de la NASA. Para salir ganador de este concurso debes crear un dispositivo que no supere los 50 kilos, que pueda subir a través de una cuerda una distancia de 1 kilómetro a una velocidad de 2 metros por segundo. Lo difícil de este concurso, es que el dispositivo no puede llevar ni un motor, pilas, o cables. El mismo debe recibir la energía irradiada de afuera. Al principio conseguir este hito fue difícil, pero en el 2009 nació un ganador. Y LaserMotive recibió el premio.